Post de Naiara Salinas «El ritmo es algo que se tiene o no se tiene, pero cuando lo tienes, lo tienes todo». Dijo el llamado por la historia el «rey del rock». Afirmación (sentencia según se mire) que de hecho también es aplicable al artífice de su biopic, cuyo estilo histriónico, excesivo y espectacular no se ha perdido en la (casi) década que separa uno de sus últimos grandes largometrajes (El gran Gatsby) de este. Elvis despidió el pasado festival de Cannes por todo lo alto y hace solo unos días que llegó a la cartelera internacional. ¿Tendrá la misma acogida? Tiempo al tiempo. De momento esto os puedo contar sin spoilers. Leyendas del espectáculo Tratándose de una biografía supongo que la trama no tiene mayor misterio. Lo interesante es el punto de vista que adopta, pues eligen para narrárnosla a nadie más ni nadie menos que el coronel Tom Parker, un mánager estafador de cuidado que orientó la carrera del cantante durante buena parte de su vida (si no toda). ¿El propósito? No será desmentirlo a él como «el malo de la historia» en sus horas bajas (a pesar de ser su intención original), sino presentar el desarrollo de un joven «perdido» hasta que se encuentra a sí mismo. Por tanto, en algún momento del relato esa perspectiva que se vendía como muy cerrada se termina abriendo y la primera persona se difumina con la tercera, la objetiva..., que en realidad también es engañina, porque pertenece al director, que pone todo su lenguaje al servicio del protagonista. Así pues, ¿podemos afirmar realmente que Parker cuenta esta historia... o lo hace Elvis? La respuesta es sencilla: Baz Luhrmann es quien maneja los hilos de ambos en todo momento, como buenamente hizo en Moulin Rouge y El gran Gatsby. Es propio de él escoger a un personaje para que sea el transmisor del mensaje, alguien que de el pistoletazo de salida, pero es un director tan presente en sus largometrajes que, al final, con lo que una se queda es con la forma mediante la cual ha contado su historia. Este caso me lleva a volver a lo de la estafa, pues, como buen biopic, uno de los temas explorados es el de la identidad. ¿Quién es Elvis? ¿Quién es Tom? ¿Podemos conocer a uno a través del otro? Negativo, porque uno tendrá la visión idealizada y el otro, la endiablada. En el caso de Tom, además, tenemos el hecho de que su origen es muy hermético per se; ningún personaje se puede jactar de conocerlo a fondo porque siempre juega al engaño, es un superviviente de labia viperina que conquista por medio de promesas, como el estrellato que desea Elvis. Las promesas son sueños y Luhrmann se recrea en ellos tomando la figura completa del cantante y ensalzándola con un montaje mega cargado de «brilli brilli» que intenta equilibrar y humanizar con imágenes reales de Presley y sus allegados. En el escenario, Luhrmann y Elvis prácticamente se mimetizan y derrochan expresionismo (ellos, intensitos), lo cual convierte al director en la mejor elección para la tarea de llevar al cine la vida de este personaje tan peculiar, carismático y problemático como tantos otros antes, a la par que y después de él. No por ello Parker queda relegado, sino que Luhrmann consigue que se convenza de que su fantasía es una realidad y su niño prodigio come y bebe de todo el oasis que él le proporciona. Ambos son soñadores natos; la diferencia es que uno engaña y el otro se deja engañar. La catapulta de Austin Butler Ya hemos hablado del director y cómo su enfoque contribuye a la personalidad del filme entero y sus protagonistas. Ahora completemos el cuadro hablando del currazo de los actores, donde destaca el esfuerzo de un Butler que está llamado a seguir los pasos de otros (Rami Malek, ejem) con un pie en el escalón hacia el hombrecillo dorado el año que viene. Antes de eso, su trayectoria había quedado en la sombra, interpretando casi siempre papeles secundarios (solo un protagonista destacado a nivel internacional en Las crónicas de Shannara), aunque en producciones de alto coste. Butler ha estado muy presente en la ficción de la ultima década, pero si no le conocías, tras esta película no volverás a olvidar ni su nombre ni su cara. Su presencia tanto aquí como en Dune parte 2 y en Masters of the Air (donde repite con Hanks, quien ejerce de productor) le garantizan un porvenir tan bueno como el de Elvis. Tiene gracia que el cantante mencione a James Dean como modelo, porque esa es la imagen que da Butler, como todo un rebelde que tiene clara su meta, pero se va transformando a medida que avanza el filme. Lo curioso es que no es un seductor hábil hasta el segundo acto. Este Elvis arrolla tanto como se encoge, es un ser imperfecto deseoso de amor que sitúa el respeto por delante. Insistiendo en el idealismo de su imagen, una de las frases que suelta Parker en un momento del tercer acto dice que la causa de su muerte fue el amor que sentía por todo ese mundo, sus fans... (esa escena me recordó al final del King Kong de Peter Jackson, la verdad). Es increíble que Butler se entregara tanto a su rol como el propio Elvis (hasta en el hospital acabó el pobre de tanto jugar con las caderas), con un vozarrón que parecía sacado de una grabación original (pero no, él solito lo logró). Y de Hanks qué voy a decir: él siempre será un dios de la interpretación para mí. La forma en que aborda a Parker es alucinante: consigue que desprecies al personaje y, ayudado por una más que óptima caracterización, te olvides de quién lo interpreta. Una fórmula que empieza a desgastarse Puede que aquí sí incluya ciertos spoilers (nunca está de más avisar, por si acaso). Me gustaría concluir con una notaza tras tantas alabanzas al trabajo del equipo, pero, una vez enfriada la cosa, lo cierto es que la película no me causó la emoción suficiente como para imitar al público de Cannes y levantarme aplaudiendo. Dicen que los excesos son malos y a este largometraje le achaco para empezar un tiempo tan alargado que provoca la pérdida de fuerza en todo el brilli brilli hasta que consigue remontar con la última actuación. Sí, confieso que miré el reloj un par de veces, por muy embobada que estuviera con Butler. El segundo exceso es crítico para con Hollywood, no esta peli necesariamente, y es que dentro de la estructura del género no innova ni siquiera un poco. Cualquiera pensaría, a raíz de esta moda, que si eres un cantante famoso nacido en el siglo XX, tu vida ya está predefinida: no puede faltar la esposa comprometida con la causa hasta que se harta de ser el segundo plato y se marcha; el mánager malvado que se aprovecha del talento del cantante para exprimir su éxito hasta la última moneda (capitalismo, yujuuu); drogas, alcohol, escándalos... El salseo que vende, aunque no por hundir al músico en su propia historia vas a acabar con su imagen, ya que la condecoras fotogramas más tarde haciendo que se levante. ¿Qué quiero decir con esto? Que la película es totalmente predecible, independientemente de si conoces esa información o no. Y eso la vuelve un poco aburrida. Esa trama ya se vendió muy bien en Bohemian Rhapsody, Rocketman y Respect (bueno, en esta última no tan bien). Elvis consigue tomar lo mejor de las dos primeras (la interpretación, la BSO, el montaje y la fotografía), pero se vuelve tan repetitiva y tediosa como la tercera. Una vez genial; dos, un gozo, pero a partir de la tercera acabas por identificar un subgénero nuevo y quizá a exigir algo más. Es en este momento cuando la personalidad del director marca la diferencia, porque sin su toque a lo mejor seguiríamos vitoreando a Butler y a Hanks, pero el blockbuster se quedaría súper vacío, sin alma. Ni siquiera aprovecha las pocas ocasiones que tiene de desarrollar a algunos secundarios que solo están de paso y son aplastados sin tapujos por el rey del rock. Conclusión
Con los directores que son muy suyos sucede que o te gustan o no te gustan. Por mi parte no estoy en contra de Luhrmann, pero hubiese preferido que arriesgara más en ciertos tramos para evitar convertirse del todo en un cliché de sí mismo. O, ya de paso, la propia película. Dexter Fletcher filmó dos biopics de cantautores muy distintos a pesar de su parecido porque aplicó técnicas diferentes, por ejemplo. O, si no hay innovación, al menos un recorte de tomas: para contar la misma historia no necesito ver todos los detalles, aunque bien es cierto que cada biopic incide en la relación del protagonista con alguien importante de su vida: su padre, su madre, su novia, su marido abusador, su mánager... Secundarios perfilados para o bien justificar la personalidad del famoso o bien alimentar o humanizar el mito en torno a él. Ya quisiera yo conocer la historia de la mujer de X para la próxima. En fin, no salí convencida de que hubiera visto la mejor peli «musical» del año, aunque gustarme me gustó. Nominable, pero no vencedora. Le doy un 8. Lo mejor: Butler y Hanks, la breve aportación de Priscilla, los números y arreglos musicales y el toque Luhrmann. Lo peor: le quitas lo mejor y no tiene nada que merezca la pena, tan solo otro artista venerado por Hollywood.
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Post de Naiara Salinas Segunda ronda y a partir de aquí me esforzaré por que el cauce siga su curso con normalidad y el río no se vuelva a desbordar (al menos, prometo intentarlo). Dejaré fuera únicamente las críticas de Turning Red, de la que ya habló Tessa, y de Animales fantásticos: los secretos de Dumbledore, de la que dejé impresiones muy en caliente aquí. Pronto más y mejor. Morbius (fecha de visualización: 1 de abril de 2022) Se suele decir que las prisas afectan a la perfección y, cuando hablamos de blockbusters, esa «no perfección» se manifiesta en el apartado visual sobre todo. Pocas veces se tiene en cuenta que el guion también necesita a menudo su tiempo de cocción para satisfacer a las partes más exigentes que no solo quieren ver algo bonito, sino bien desarrollado. Morbius no peca de mal CGI, pero sí de una historia bastante plana, superficial y muy involutiva para la era en la que estamos, aunque justo su premisa tenga que ver con la evolución, el encontrar una cura para las enfermedades sanguíneas que afectan tanto a su doctor protagonista como a sus pacientes. La idea era introducir a un villano de Marvel que forma parte de los Seis Siniestros (la versión malvada de los Vengadores) cuya gracia radica en tener un origen muy similar al de Drácula, uno de los personajes más populares de la ficción. Tenía papeletas para ofrecer algo entretenido que jugase con el terror, pero en toda su estructura el filme no tiene claro qué es y mezcla géneros de una forma muy abrupta y desconsiderada para con su público y sus propios personajes. A pesar de tener efectos y trama chulos, el guion se desenvuelve de una forma tan básica que no deja huella alguna, incluso teniendo un reparto encabezado por un Jared Leto muy esforzado y seguido por Matt Smith, Adria Arjona y Jared Harris, cuyos roles necesitan muchísima más profundidad. La dirección está tan supeditada al estudio que parece que ni existe, así que adiós a la última oportunidad de conseguir mi atención. Quizá para la Sony y la Marvel de 2010 hubiese sido soberbia, pero ya tenemos una edad y los superhéroes y supervillanos de ahora son algo más. Lo mejor: el pobre Jared, que se nota que intenta cargar con todo el peso en vano; cómo funcionan los superpoderes y el toque Drácula de la historia. Le doy un 5 solo por eso. Lo peor: al antagonista no hay quien le entienda y el pobre desarrollo de este y otras partes causa que a menudo ciertas acciones o decisiones carezcan de sentido, como que falta algo ahí. El guion corre y no te deja apenas respirar, intentando vender una historia que entretiene pero no es creíble. Camera café, la película (fecha de visualización: 5 de abril de 2022) Nada satisface como el reencuentro con los viejos amigos después de tantos años: revivir los chistes, los mejores acontecimientos, las relaciones... de una forma tan fresca. Camera café se expande en su salto a la gran pantalla y, al hacerlo, le siguen todos sus protagonistas, lo cual para los espectadores fans es una delicia, pues tenemos la impresión de que los estamos volviendo a conocer gracias al nuevo contexto. Podemos ver las vidas de Jesús, Cañizares, Choches, Bernardo, Mónica, Julián, Nacha, etc. más allá de la oficina (no, qué digo, más allá de su tiempo de descanso frente a la máquina) y podemos seguir disfrutando de un humor muy absurdo pero efectivo que deja escenas hilarantes y te permiten pasar el mejor rato frente a la pantalla. Por eso, aunque al principio parezca muy normalita, abrid la mente para recibir el desmadre en el que se convierte la trama y no os arrepentiréis. Lo mejor: todo el último acto, los nuevos personajes, las nuevas tramas de los viejos y cierto momento musical muy chorra y tan dramático que acentúa la carcajada. Lo peor: no se me ocurre. Le doy un 8,5. La ciudad perdida (fecha de visualización: 22 de abril de 2022) Nieves Villalón publicó hace unos días un vídeo defendiendo las «pelis chorra» con esta de ejemplo y yo vengo a seguir su estela. Este filme dirigido por los hermanos Nee (que no son relevantes para lo que quiero contar, la verdad) nos presenta a Loretta (Sandra Bullock), una escritora de novela erótica de aventuras con una inteligencia subliminal, en contra de lo que sugiere el estereotipo. Y es que estaba casada con un arqueólogo con quien compartía el afán por las leyendas y los tesoros ocultos. Tras enviudar, Loretta se encuentra en un bloqueo, hastiada de su franquicia best-seller y de su vida aburrida, hasta que un magnate (Daniel Radcliffe) que está a punto de encontrar la ciudad perdida sobre la que escribía Loretta, la secuestra para reclamar su ayuda y el modelo de portada de los libros (Channing Tatum) acude a su rescate para demostrar que es algo más que una cara bonita. Este filme deja situaciones tan chorras como el anterior, jugando con mogollón de tópicos bien para exagerarlos o para darles un poco la vuelta. Esta comedia tiene situaciones tan absurdamente cómicas que ayuda un montón a desconectar y pasar un buen rato, gracias a un buen empleo de sus recursos. Es en parte una parodia, en parte una sátira y en parte una comedia romántica, es decir, el trío estrella del género cómico. Para mí es un 9. Lo mejor: la crítica hacia la maquinaria que pone en marcha un best-seller (la prota prácticamente confiesa que escribe erótica porque es lo que vende), el momento estelar de Brad Pitt, los plot twist y Daniel Radcliffe sacando su yo potterhead cuando asegura que le encantan los objetos ocultos, jeje. Lo peor: que aun así la gente la siga definiendo como «mala película». Objetivamente hablando no lo es, dado que cumple en todo lo que se propone. Podría tener menos clichés, eso sí (mola más cuando te rompe un poco el esquema). El hombre del norte (fecha de visualización: 24 de abril de 2022) Robert Eggers es un director al que se coge respeto. No es fácil de digerir ni se lo recomendaría a todo el mundo, sea o no cinéfilo, aunque, de querer catarlo, esta es su película más accesible, donde cuenta la historia del vikingo Amleth, que inspiró el Hamlet de Shakespeare (y todas las adaptaciones que vinieron después). La trama, por tanto, no tiene ningún misterio, pero siempre es curioso verla a través de otros ojos, en especial unos que capturan la esencia onírica y espiritual de la cultura nórdica, intercalando la acción con visiones y sueños rodeados de un halo sepulcral y tenebrista que vuelven la experiencia visual y narrativa súper intensa de una forma que el dramaturgo inglés estaría orgulloso. No se diferencia mucho de ver Vikingos con toda esa visceralidad que ofrecen las escenas de combate; tampoco de ver alguna de las últimas versiones de Macbeth. En cuanto al reparto, ñam, ñam. El tener a un Skarsgard a bordo ya es garantía de triunfo (nacieron para ser vikingos, qué queréis que os diga), pero donde esté una Anya tan misteriosa y a la vez angelical que se quite todo lo demás. Eggers se fija en lo que promete y procura quedárselo (véase también a Willem Defoe). Un 8,5. Lo mejor: la química entre Skarsgard y Anya, las imágenes y los símbolos, la fotografía y cómo se abre al público sin dejar de ser un producto de Eggers. Lo peor: se estira un poco y sigue pudiendo rechinar a los más escépticos. Veneciafrenia (fecha de visualización: 27 de abril de 2022) Ahora que se acerca la época de viajar, ojito con ir a Venecia, eh. Nah, es coña. Álex de la Iglesia ataca a los turistas en su nueva película, donde un grupo de amigos acude a la ciudad italiana para celebrar una despedida de soltera sin saber que las cosas por allá están muy agitadas, con unos venecianos amenazadores que pretenden echar a todo extranjero turista de sus tierras. Asesinatos, desapariciones... El caos se desata enseguida al más puro estilo De la Iglesia, quien suma su primer punto con una ambientación hiper mega lograda (un hombre cada vez más internacional que no tiene reparos en hacer las maletas por el bien del arte). La dirección artística es de sobresaliente y la trama te mantiene en vilo hasta el final, ya que apenas se refrena y no dejan de suceder cosas. Esa crítica social resulta convincente: consigue darle la vuelta a la visión sobre quiénes son los buenos y quiénes los malos. Hay mucha justicia poética y si hay que cebarse con algún personaje, se ceban y tan panchos. Es sórdida, es inquietante, es conceptualmente muy original... De las mejores películas de Álex y para mí se lleva un 9,5. Lo mejor: el título (no me preguntéis por qué pero es lo primero que me atrajo y desde entonces ando obsesionada con su composición, significado y sonoridad), la dirección, la dirección de arte y la moraleja. Lo peor: espero que no seáis muy tiquismiquis con lo gore porque este hombre hace mucho que dejó de tener filtro. Post de Naiara Salinas Lo sé, lo sé, no tengo excusa. Una cosa es que en marzo los Oscar lo eclipsaran todo y otra que haya procrastinado sin perdón dos meses para traer este recopilatorio variopinto de estrenos, la mayoría de los cuales, por cierto, ni siquiera están ya en las salas y hay que esperar hasta volver a verlos. Al menos con The Batman fui muy puntual. Mis disculpas. Competición oficial (fecha de visualización: 6 de marzo de 2022) Un anciano multimillonario hastiado de la vida decide lanzarse a producir una película basada en un best-seller y contrata a directora de renombre (Penélope Cruz) bastante experimental que decide incorporar al proyecto a dos actores también famosos que suponen una antítesis para el otro: la estrella hollywoodiense Félix Rivero (Antonio Banderas) y el maestro e independiente Iván Torres (Oscar Martínez). Durante los días de ensayo antes del inicio de la producción, se desata toda una lucha de egos que requerirá más de una llamada de atención y ejercicios más terapéuticos que interpretativos. Película desternillante, un ejercicio de autocontemplación muy desenfadado que propone una mirada concienzuda sobre la decadencia y el ego del séptimo arte. Lo mejor: la enorme sensación de disfrute que sobrepasa la pantalla y te hace creer que el rodaje fue una auténtica diversión para todos los implicados, en especial para una Penélope rompedora que debería filmar más comedia. El guion y el equipo se permiten ser lo más irónicos y autocríticos posibles y por eso sale tan bien. Como mención de honor: la escena de los galardones. Ahí lo dejo. Lo peor: nada. Tiene mi 9. Las ilusiones perdidas (fecha de visualización 11 de marzo de 2022) Basada en la novela homónima de Balzac, clásico de la literatura francesa, llega en el momento oportuno para exponer el siglo XIX como todo un pionero de la prensa actual basada en la venta al por mayor y otros fenómenos como la star system. Lucien es un joven poeta enamorado de provincia que, tras fracasar en su primer intento de prosperar en París, comienza a trabajar como crítico en un periódico de rufianes donde el lema de vida poco tiene que ver con la honestidad y la instrucción... y, en cambio, sí mucho con el enriquecimiento a través del soborno y el chantaje. Por el desarrollo de sus personajes, el reflejo tan atemporal de una realidad satirizada y aun así verosímil y la escenografía, se convierte en uno de los mejores estrenos del año, muy obligatoria para todo aquel que pretenda relacionarse con ese mundo de forma profesional. Se aprende valiosas lecciones con esta historia de sueños deformados. El título vende lo que sugiere y hasta podría afirmar que va en la senda de Competición oficial, aunque de modo más dramático. Podría decir más, pero necesito reverla primero. Lo mejor: el protagonista es buen conejillo de indias para colar todo de lo que Balzac fue testigo en sus tiempos para bien y para mal. Su perspectiva era tan amplia que vale como documental de la época y, en lo que se refiere al recorte del guion, atina de una manera tan increíble que da gusto. En serio, hay que verla y tomar nota, como sociedad que pasamos tanto tiempo en redes sociales y nos creemos con derecho a juzgar y retorcer a menudo la realidad. Se disfruta mucho tanto en su parte elegante como en la más grotesca. Ofrece una disparidad y un retrato social muy genuinos. Ojo al giro del personaje de Xavier Dolan, que me parece uno de los más ricos. Lo peor: cero. Tiene mi 10. Cyrano (fecha de visualización: 12 de marzo de 2022) ¿Creíais que habíais llorado lo suficiente con Los miserables? Preparaos para conocer a Cyrano, un hombre que por ser feo por fuera (supuestamente. En esta adaptación vamos a decir que enano o un poco más bajo que la media), no se cree digno del amor de su Roxanne, cuando todo lo que esta ama es el ingenio de sus cartas anónimas que cree que le manda un chico a quien cree amar. ¿Y por qué la comparación con Los miserables? Porque esto también es un musical, manejado con la maestría que caracteriza a Joe Wright cuando se trata de dramas románticos de época, la suficiente como para emocionar. Un 8,5. Lo mejor: el arreglo de las canciones (la banda sonora es un chef kiss pleno), la ejecución del trío protagonista (siendo Haley Bennet la sorpresa, menudo vozarrón) y el montaje de los números musicales (sobre todo el de «Every letter»). Es muy bella. Lo peor: la impaciencia por un final que te rompe, te quiebra, te destroza. Las armas hieren menos. El proyecto Adam (fecha de visualización: 19 de marzo de 2022) Retomamos los viajes en el tiempo con un Ryan Reynolds que se reencuentra con su yo de doce años (literalmente), recién huérfano de padre, cuyo proyecto para viajar en el tiempo se ve en peligro. Una aventura liviana, peli de tarde donde tenemos el goce del reencuentro entre Mark Ruffalo y Jennifer Gardner tras El sueño de mi vida, el descubrimiento del próximo Percy Jackson: Walker Scobell, y a Ryan siendo... Ryan. Un 7. Lo mejor: buena acción, buen humor y esas paradojas temporales que amo y me dejan con preguntas. Lo peor: en el último acto tiene cosas muy coladas con calzador y algún deus ex machina, pero, ea, se lo permitimos. Malnazidos (fecha de visualización: 19 de marzo de 2022) Cosas que a España se le dan de lujo en el ámbito cinematográfico: la guerra, la comedia y el terror. Este filme quiere ser un mashup de todo eso. En plena guerra civil, el ejército fascista pone a prueba un experimento en un valle y Jan, un abogado pacifista alistado contra su voluntad en el bando fascista de su familia, debe enfrentarse a las consecuencias junto a un grupo de rebeldes. Este relato de zombies a la española se nutre de todo lo que hace tan genial al género. Con él se confirma que como mejor funcionan estas criaturas es en clave cómica. Llena de clichés como ella sola, pero muy divertida, sin mucha ambición más que la de lanzar pullas y gags a diestro y siniestro. Para ella un... 7,5. Lo mejor: la química entre los miembros del equipo y que los perfiles y los roles sean tan únicos dentro del grupo. Lo peor: no me hubiese importado más desarrollo en el bando nazi. Y se menciona a un hermano de Jan del que nunca se llega a ver nada, así que... ¿me quedo esperando una secuela? La peor persona del mundo (fecha de visualización: 27 de marzo de 2022) La última vez que vi una película nominada la misma noche de los Oscar fue Parásitos y acabó ganando. Esta no tuvo tanta suerte, pero se merece todos los premios honoríficos que le quieran dar. La peor persona del mundo es una filosofía de vida, una historia sobre el sentirse desarraigado, a través de una protagonista cuyo objetivo de vida no está definido y que vaga de flor en flor, en busca de una zona de confort que la hace tropezar con la misma piedra en varios de los doce capítulos que componen la trama. Es una historia sobre el crecimiento y la madurez que aún queda por encontrar durante la edad adulta, mientras ya no se aprende, sino que se experimenta la vida. La dirección de Joachim Trier es envolvente, instructiva, personal, profunda..., y la protagonista que construye con Renate Reinsve es carismática, dejada, serena, egoísta, insegura, experimentadora y soñadora. La conclusión que extraigo de ella es que hay que ver más cine europeo para encontrar personalidades tan especiales y auténticas que brillan con luz propia. Un 9. Lo mejor: la dirección y su protagonista. Buena compenetración en la transmisión de todo el conjunto. Lo peor: hummmmm poca cosa, y desde luego no digna de mención aquí. Post de Naiara Salinas A unas horas de la gala de premios de más renombre, me planto a valorar las posibilidades de las nominadas a Mejor Película de este año que, nuevamente, pude ver en su totalidad. Tanto de las que he hablado como de las que no, ofrezco una valoración más competitiva: 1. El poder del perro De qué va: de los creadores de Granjero busca esposa, dos hermanos vaqueros (entre ellos el nominado Benedict Cumberbatch) hacen su trabajo tranquilamente y en soledad en el Lejano Oeste, hasta que un buen día uno de ellos (Jessie Plemons) decide casarse con Mary Jane Watson de rubia, que tiene un hijo un tanto... diferente al que Benedict coge manía nada más verlo. Sin embargo, tal vez la causa no sea la homofobia, sino que, en el fondo, el querido vaquero hombretón escupidor se sienta muy identificado con sus intereses sexuales... Recomendable si: te gustó Brokeback Mountain (o te mola la idea se un Benedict Cumberbatch poniendo acento vaquero). A favor: la película está muy bien construida y los personajes consiguen despertar interés. La dinámica entre Ben y el chaval es envolvente y juega todo el rato con el espectador, porque nunca sabes si el vaquero va a dar algún tipo de paso muy radical, al mantenerse en estado de «observación». Las relaciones entre la familia y él son un tanto tensas, pero te vas dando cuenta de que perro ladrador, poco mordedor. Es un filme muy centrado en los personajes con una conclusión que por mucho que te frustre no puedes sino admirar. En contra: este podría ser el primer Oscar para Netflix. Casi todo el mundo apuesta por ella: la dirección es femenina y realiza un trabajo notable, los actores son muy buenos (al ser sus personajes el foco principal destacan muchísimo por encima de un guion que se cuece a fuego lento) y la ambientación y elaboración de la historia es óptima, progresista y muy sentida. Diría que juega en contra que sea de streaming, pero, sinceramente, no lo creo. Antes de 2020 tal vez, pero ahora corren nuevos tiempos y, aparte, esta bicha ha pasado por festivales de cine. 2. CODA De qué va: la moza de Locke & Key es la única miembro no sordomuda de su familia, y no solo eso, sino que además le gusta cantar. Por conquistar al mozo de Sing Street se une al coro y despierta la curiosidad de su maestro, quien le ayudará a sacar todo su potencial y luchar por su sueño, aunque la moza ve difícil compaginarlo con ayudar a su familia a salir adelante. Recomendable si: quieres historias humanas y livianas con su buena dosis de reflexión y comedia. A favor: la película es muy emotiva, te toca la fibra de una forma muy eficaz, cuenta con actores sordomudos de verdad y en general todos realizan un trabajo notable (sobresaliente en algún caso). El mensaje es muy positivo y, para qué mentir, es de mis favoritas. En contra: parecido al caso anterior en lo relativo al streaming (aunque, repito, eso creo que ya no es un problema este año. Veo a Hollywood mucho más abierto al respecto). Añado, sin embargo, como dificultad el hecho que sea un remake de una película francesa. Quizá eso le reste mérito a ojos de los académicos, a saber. 3. Drive my car De qué va: un dramaturgo vive el drama de su vida en vez de escribirlo cuando de la noche a la mañana (literalmente) pierde a su mujer, la cual le ponía los cuernos, y aparte empieza a tener problemas físicos que le dificultan poder conducir. Cuando una nueva obra se pone en marcha y uno de los actores es justo el amante, el dramaturgo contratará a una conductora joven para que le traslade de su casa al lugar de la representación todos los días, y entre ambos se forjará un vínculo de supervivientes ante los dramas de la vida. Recomendable si: te gusta Haruki Murakami, porque es un guion adaptado de una novela suya. O si nunca lo has leído pero tienes intriga. A favor: película sobre arte con mucho sentimiento, muchos momentos pausados, un guion meticuloso al más puro estilo Murakami o, en su defecto, Asia. Yo creo que es una clara ganadora en Mejor Película Internacional; tiene un mensaje muy potente. En contra: puede llegar a ser muy soporífera, aunque el concepto (o tema) me parece increíble y me encanta cómo se desarrolla la historia. Es muy larga; no sé cuántos académicos habrán aguantado despiertos (mi amigo no aguantó). 4. El método Williams De qué va: el nominado Will Smith es un padre que, tras atravesar todas las dificultades habidas y por haber en la vida, traza un plan maestro para que sus hijas tenistas triunfen y se lleven toda la gloria que él no pudo, aunque suponga negar la voluntad de las pequeñas de hacer otras cosas y alimentar su ego y competitivad (eso es ser un padrazo. Oscar al Mejor Padre ya, pardiez). Recomendable si: os van las historias de superación y competición. Si Gambito de dama enganchó al ajedrez, esta es una perspectiva nueva sobre el tenis. Y viva el deporte femenino, pardiez. A favor: Will Smith está muy correcto en su papel, lo veo muy en la línea de otros dramas de su filmografía extensa (véase En busca de la felicidad). Yo el Oscar se lo daría a Andrew Garfield, pero si gana Will Smith no me enfado, aunque para mí las hijas y la madre son el gran descubrimiento, qué increíble futuro les auguro si siguen en esta línea. Es una trama que acaba enganchando y también toca la fibra, la patata y lo que tiene que tocar. El protagonista no eclipsa del todo a los secundarios, y cuando uno de ellos es el gran Jon Bernthal, pues se celebra y punto. Es de las mejores historias que ofrece esta edición. En contra: por lo demás, muy corriente, no tiene nada de especial en comparación con las otras. 5. Licorize Pizza De qué va: chico de unos 15 años conoce a chica en sus 20 y decide que es la mujer de su vida y va a estar el resto de la película intentando demostrarle que es un hombre de negocios hecho y derecho, con iniciativa, capacidad de emprendimiento para mantenerla, etc. Ah, sí, se supone que es una autobiografía enmascarada de Paul Thomas Anderson, se ambienta en los 70-80 aprox y tiene su homenaje al cine, que nunca puede faltar en las nominaciones. Recomendable si: te gustan las historias de amor muy frescas y naturales. A favor: como digo, la película transmite pura naturalidad y los dos protagonistas son un descubrimiento. La filosofía de realización que prima es la autenticidad y se nota porque se apoyaron en elementos reales de las vidas de todos los implicados (ejemplo: en el caso de la chica, Alana Haim, está la presencia de sus hermanas y sus padres reales, así como la alusión a su origen judío). La idea es que no sientas que esto es ficción, sino de que estamos viendo una historia real. Ese punto le da su toque morboso y original. Es un gusto ver estas interacciones tan cotidianas en medio de situaciones algo disparatadas, ya que tampoco se puede decir que los personajes sean muy corrientes. En contra: le falta más solidez en su estructura. La trama es tan imitación de la vida que no tiene un punto de apoyo muy fijo y se va balanceando. También se puede hacer un poco larga. 6. Belfast De qué va: véase la crítica. A favor: la trama más personal de su director, y esas cosas siempre gustan en la Academia. A ello sigue el homenaje evidente al cine, el contexto político-social, el juego con el etalonaje y el reparto. En contra: no sería un boom explosivo ni revolucionario que ganase. 7. Dune De qué va: véase la crítica. A favor: la película de ciencia ficción más grande de todo 2021, un auténtico bombazo para el cine blockbuster, una realización sobresaliente y magnánima, pura poesía en imágenes y un reparto de lujo, con una trama muy compleja y plagada de capas. Se han lucido mucho. En contra: pues que es supuesto cine comercial y encima de ciencia ficción, los dioses no lo quieran, urg. 8. El callejón de las almas perdidas De qué va: véase la crítica. A favor: es de Guillermo del Toro, la ambientación es muy buena y el mensaje, muy necesario y agitador. En contra: guion disperso en su segundo acto. 9. West Side Story De qué va: véase la crítica. A favor: Steven Spielberg se ha lucido con ella. En contra: ya ganó su original. No estaría bien repetir teniendo más bocas que alimentar con ego. 10. No mires arriba
De qué va: véase la crítica. A favor: comedia satírica con una de las mejores pullas de esta edición a la sociedad, sobre todo después de los años que hemos vivido. Reparto de Oscar (literalmente. Están Leo y Jennifer, qué más se necesita). En contra: inevitablemente eclipsada. Post de Naiara Salinas Han pasado unos dos meses desde la última vez que publiqué un recopilatorio crítico mensual y, estando a dos semanas de los Oscars seguro que muchos dabais por supuesto que, tras crear este hilo de Twitter, no me atrevería a aglutinar las películas que no han gozado de espacio propio (véase Macbeth, El callejón de las almas perdidas , Belfast o El cielo está en cualquier lugar) en un artículo como este. Sorpresa: me he atrevido. Claro, ha pasado un tiempo. No espero jugar, para variar, con las mismas reglas. Pero de alguna forma eso me excita, porque los retos estimulan mi creatividad y si inventarme los títulos de esta sección ya me divierte, a saber qué hago resumiendo estas críticas en una o dos frases (básicamente lo que hago en Twitter y la parte del resumen. Ya, no le he dado mucho al coco). The King's Man: primera misión (fecha de visualización: 7 de enero de 2022) Matthew Vaughn retoma la saga que le ha dado más fama en la industria con un toque más introspectivo y melodramático, sin perder su humor ni su acción, llenándose de escenas violentas y secuencias tan memorables como toda la parte de Rasputín, el antagonista (o secuaz) más carismático, pero una idea de fondo que lanza una crítica social severa contra el belicismo (vamos, que al final el mecanismo del punch punch vale como terapia de choque). Lo mejor: Ralph Fiennes y su séquito, el nuevo punto de vista y todas las referencias a la saga. Una historia de orígenes la mar de refrescante y disfrutable. Aparte, el giro dramático hacia mitad de película es muy chocante. Esta se vendió de una forma que no te lo esperabas. Y encima aparece Aaron Taylor-Johnson y eso siempre es una delicia. Lo peor: los que esperan ver otra Kingsman se toparán con un producto algo más serio y sensible. Los que quieren algo nuevo van a tener que aguantar los clichés tradicionales. Puntuación: 8,5/10 ¡Canta! 2 (fecha de visualización: 16 de enero de 2022) Buster Moon, Johnny, Gunter, Ash, Rosita y Meena regresan para traernos un nuevo espectáculo que esta vez les conduce a las altas esferas para volver real el sueño del Jonathan Larson made in Tick Tick Boom de crear un musical ambientado en el espacio estelar, con numerazos y covers a la altura de Glee en cuanto a ejecución (y maestro de ceremonias, ejem) y adquisiciones llamativas como los cantantes Bono, Halsey y Pharrel Williams; Bobby Cannavale y Letitia Wright. Previsible, pero muy entretenida, sobre todo para los peques de la casa. Un buen espectáculo siempre se goza. Lo mejor: la puesta en escena (ya, ya sé que es animación y lo tiene muy fácil, pero aun así, es una delicia contemplarla), el resultado del musical y la evolución de los personajes, que siguen superando casi los mismos obstáculos pero a otro nivel. Lo peor: tampoco vamos a considerarla ni original ni imprescindible. No es una secuela que llene un vacío por más que se disfrute. Los personajes nuevos también podrían haber tenido más escenas; su desarrollo se me quedó un tanto superficial. Puntuación: 8. El contador de cartas (fecha de visualización: 20 de enero de 2022) Oscar Isaac, reputado actor en la cúspide de su carrera que mejora con cada papel, interpreta aquí a mi nuevo prototipo de protagonista favorito: un rufián (ex presidiario y ex soldado) inteligente con habilidades (combate y conteo de cartas) que emplea para el robo y el engaño, con un pasado oscuro que intenta dejar atrás, hasta que este le encuentra, en un chaval que reclama venganza contra el asesino de su padre, que también fue el maestro y traidor de Oscar (aquí William Tell. Sí, como el del cuento). Mientras William realiza un tour por la costa oeste de Estados Unidos con el objetivo de enriquecerse jugando al póker, toma bajo su ala a este chico (interpretado por Tye Sheridan) con la esperanza de que deje la violencia y esa sed de sangre atrás, pero en una trama que se mueve en el mundo criminal... hay que mantener el ojo avizor. Lo mejor: el dilema que plantea la película es muy interesante y te mantiene atento; en cuanto al póker, consigue lo mismo que consiguió Gámbito de dama con el ajedrez (el ritmo de las partidas, además, está muy bien llevado); Paul Schrader maneja los flashbacks de una forma tan psicodélica que te estremece y te deja con mil preguntas. Cuando se trata de crear tensión, tampoco está mal. Tenemos a un Oscar Isaac más lúgubre y mordaz, una especie de John Wick con el que es mejor no meterse, pero también es una buena presencia mentora para Tye, que también va mejorando con cada papel. Lo peor: es evidente que la película quiere contar algo importante y hasta cierto punto lo consigue, pero te distrae con un hueso que no llegas a morder del todo, es decir, se va por unos derroteros que causan que pierda eficacia en la comunicación, incluido el final. Podría haber sido muchísimo mejor con una dirección más centrada y menos dispersa. Puntuación: 6,5. (Lo sé, aquí hay más de una frase en el párrafo inicial. Sorry not sorry). En vísperas de una guerra (fecha de visualización: 28 de enero) Dos amigos, un inglés y un alemán, separan sus caminos cuando entra en medio el conflicto ideológico, pero años después su reencuentro parece ser lo único capaz de evitar el estallido de una guerra... o eso creen. Rodeado de un elenco ilustre donde resuenan nombres como Jeremy Irons, Jessica Brown Findlay y George MacKay, Christian Schwochow desarrolla una historia de conspiraciones rozando el cine de espías para hablar sobre la importancia de la diplomacia. Lo mejor: la dualidad de los dos jóvenes protagonistas, muy eficiente a la hora de exponer las dos caras de la trifulca, entre un joven que cree en el nacionalismo que promulga Hitler y otro al que todo le parece un atentado contra la libertad. De la pareja, sin embargo, destaco al alemán, interpretado por Jannis Niewöhner, porque en él se oculta la clave de toda la trama y es el más rico a nivel psicológico. Lo peor: flojea a la hora de ofrecer un producto inmersivo, aun contando con una buena base. Funciona bien como drama, pero muy mal como thriller. Tal vez no merezca pasar tan desapercibida, pero se entiende por qué es así. Puntuación: 6 A través de mi ventana (fecha de visualización: 6 de febrero de 2022) El tiempo para el sarcasmo ha pasado y podría vomitar toda clase de desfachateces sobre esta After a la española o Cincuenta sombras de Grey para adolescentes (aunque hasta Cincuenta sombras tenía su punto), pero entiendo que yo no soy el público objetivo de este largometraje para empezar y podría haber sido mucho peor, porque podría no contar con una banda sonora tan potente, ni un diseño de producción tan decente. La historia es tan básica como imagino que lo fue su original literario, aunque sabiendo que se toma sus licencias creativas sobre este puede que al final el libro esté incluso mejor, obviando a la protagonista, que me irritaba por momentos, y el mancillamiento de los sagrados dioses del Olimpo. No tengo más que decir. Lo mejor: la dirección de arte. Algún actor también se salva, aunque no he encontrado muchas interpretaciones que me llamen la atención. Lo peor: la dinámica entre los protagonistas. Me faltó una hostia bien dada a los dos por cualquier otro personaje. Y si la hubo, ya veis lo que presté atención. De no ser por la Netflix Party, hubiese abandonado a los 30 minutos. Puntuación: teniendo en cuenta que todavía no he visto After (y ahora miedo me da), creo que no habría visto nunca este filme por mi cuenta (no dudo en lanzarme a la aventura, pero hay cosas para las que necesito apoyo extra), por lo que, a pesar de las risas con mis compis y sintiéndolo mucho porque creo que puedo contar con los dedos de una sola mano las veces que he suspendido una peli... 4,5. Uncharted (fecha de visualización: 12 de febrero de 2022) Una adrenalina muy buena para gozar con una premisa chachi pistachi llena de algunos de los elementos que más me gustan, como esa relación entre hermanos huérfanos, ladrones que se embaucan entre sí y búsquedas de tesoros en medio de secuencias de acción increíbles y otras algo más normales. El CGI no decepciona la mayoría de las veces y la resolución de acertijos es mi debilidad. Ahora bien, ¿por qué todo tan sencillo? ¿Por qué un Antonio Banderas tan desaprovechado? ¿Por qué Tom Holland parece que llegó al rodaje directo desde Spider-Man No Way Home? ¿Por qué no me rio con los chistes y por qué ese gag al introducir Barcelona? ¿Cómo es que el ser humano es capaz de tantas acrobacias sin acabar con agujetas, o de recibir semejantes palizas y poder seguir caminando? ¿Por qué las balas dejan más agujeros en el propio guion que en los personajes? Preguntas que van más allá del «por amor al arte». Lo mejor: la presencia grata de Rudy Pankow en otra trama de cazatesoros tras su paso por Outer Banks; el sentimiento de aventura a lo Indiana Jones y Tomb Raider y ver a Tom Holland preparando cócteles como si hubiera nacido para ello, aparte de el final, la escena mid-créditos y esas referencias al videojuego que incluso una ignorante como yo ha captado. Lo peor: recomiendo trabajar mejor la química entre los personajes. Tampoco soy muy pro de desafiar tanto las leyes de la física; vale que esté basada en un videojuego, pero si jugamos con las reglas del mundo real, espero realismo al menos. Puntuación: 7 (en lo que tiene que cumplir, cumple). Muerte en el Nilo (fecha de visualización: 18 de febrero de 2022) El detective Poirot regresa dirigido por sí mismo para vivir un thriller no solicitado durante un viaje que debía ser pacífico por las aguas del Nilo, donde hay más cocodrilos en el barco que en el río. Protagonismo coral (¿seguro?) que vuelve a poner a prueba la mente Ravenclaw de nuestro héroe policial (¿ves? Pues tan coral no será). Una trama para mí mejor contada que Asesinato en el Orient Express donde el salseo no tarda en aparecer y donde se cuida mejor el perfil de la víctima principal, por no añadir la visión más introspectiva sobre Poirot para concederle un toque más sensible bajo su capa de genio resuelto e impasible. Kenneth Branagh sigue sobresaliendo, pero entre los nuevos compañeros Emma Mackey se come sin pestañear a sus rivales ficticios Gal Gadot y Armie Hammer. Lo mejor: el aprovechamiento del paisaje tan regio de Egipto, Poirot y Emma. Lo peor: ¿quizá el crimen se complica demasiado? Tampoco lo veo un problema, aparte de que ir a la última sesión se notó un poco en mis párpados agotados. Mea culpa, lo sé. Puntuación: 8 Post de Naiara Salinas Otro 8 de marzo que celebramos en el blog, ¿no os parece genial? Este año quiero conmemorarlo de forma diferente: nada de hablar de películas ni series feministas o de grandes personajes del género. En unas semanas son los Oscar y una de las principales quejas siempre tiene que ver con las pocas retribuciones a las mujeres de la industria. Los tiempos cambian y poco a poco vamos conociendo a más directoras, guionistas y compositoras famosas, pero cada vez que miramos al pasado, se cierne la sombra de la discordia, del olvido. Tendemos a ensalzar a figuras masculinas a las que consideramos pioneras del cine actual y poco tenemos en cuenta a las creadoras que aportaron su granito de arena para que todavía podamos considerar este como otro arte. Porque sí, las mujeres llevan en esto desde prácticamente los orígenes del cine. Mientras editaba una asignatura de Humanidades, di con varios nombres que ignoraba, así que he investigado a fondo para recordar aquí a esas mujeres clásicas que inspiraron, inspiran y seguirán inspirando a las demás en el arte de contar historias audiovisuales y en creer que sí podemos dedicarnos a esto si nos viene en gana. 1. Alice Guy (1873-1968) Se la considera la primera mujer cineasta. Mucha gente atribuye a George Méliès la invención de los efectos especiales, pero Alice Guy no se queda atrás: fue la primera en usar grabaciones con un gramófono al mismo tiempo que las imágenes y la productora de una de las primeras películas a color, la primera en utilizar efectos especiales, doble exposición de negativo, técnicas de retoque, cámara lenta y rápida, así como el movimiento hacia atrás. También fue la primera mujer en realizar una película de ficción. ¿Os imagináis cómo sería una peli de superhéroes en el siglo XIX? Produjo alrededor de 600 películas. 2. Lois Weber (1881-1939) Pionera no solo dirigiendo uno de los primeros largometrajes de la historia (El mercader de Venecia), sino también el primer desnudo. Sus películas pasarán a la historia por la controversia: anticonceptivos, sexualidad... Fue también actriz, guionista y productora. 3. Frances H. Flaherty (1883-1972) Nacida en Alemania como Frances Johnson Hubbard, se casó con el documentalista Robert Flaherty y consagró su carrera como guionista y directora cuando en 1948 recibió una nominación al Oscar a Mejor Guion Original por Louisiana Story. 4. June Mathis (1887-1927) Esta aclamada guionista con unos 100 guiones a sus espaldas recibió los aplausos de la Academia (cuya fundación no llegó a ver porque murió el mismo año) por ser la primera en introducir las acotaciones en el texto. Aparte de eso, se convirtió en la primera mujer ejecutiva de cine de la historia de Hollywood. 5. Mary Pickford (1892-1979) De ella ya hablé brevemente en el vídeo de los Oscar, ya que esta actriz norteamericana fue una de los primeros miembros de la Academia de Hollywood. Como actriz, destacó ante todo por el cine mudo. 6. Dorothy Arzner (1900-1979) Trabajó como tipógrafa de guiones (sí, eso antes era un puesto) y editora de películas de serie B. Como logro destacable figura su ingreso en el Sindicato de Directores de América (1933), convirtiéndose en la primera mujer en lograrlo y la única en mantenerse durante varios años. El Festival de San Sebastián le rindió tributo en su 62º edición. 7. Leni Riefenstahl (1902-2003) Hay modelos y hay villanas y esta para muchos puede haber quedado como villana en la historia, pero también fue un modelo de publicista. No de cualquiera, no: de Hitler. Esta actriz y directora fue la encargada de filmar los NO-DOs del dirigente nazi. Curiosamente, tras la Segunda Guerra Mundial no fue condenada como los demás, pero sí que tuvo que poner fin a su carrera. 8. Helena Cortesina (1904-1984) ¡Una de las primeras directoras españolas! Y la única de la que se han conservado películas. Empezó a los 18 años con Flor de España. 9. Maya Deren (1917-1961) Nacida en Kiev (Ucrania), también tenía espíritu de mujer orquesta: fue bailarina, poetisa, directora de cine, escritora y coreógrafa. Pasó a la historia como experimentadora visual y modelo de libertad creativa, madre del cine surrealista y underground. 10. Agnés Varda (1928-2019) Cineasta, guionista, productora, editora... Esta mujer es una DaVinci en su ámbito. Fue una de las impulsoras de la Nouvelle Vague y una de las pioneras del cine feminista. Destaca por su toque realista y social experimental. 11. Sherry Lansing (1944-) Ex actriz. He querido destacarla porque también se convirtió en la primera mujer en dirigir un estudio de Hollywood de suma importancia como lo es Paramount Pictures, para luego saltar a presidente de producción de la antigua 20 Century Fox (ahora en manos de Disney como 20th Studios). Aparte de eso ha llevado a cabo labores filantrópicas. 12. Lucrecia Martel (1966-) Iniciadora del Nuevo Cine Argentino con su primer largometraje, La ciénaga (2001), me ha llamado la atención su manifestación contra el uso de reels y teasers alegando que es «mejor hacer un corto de una idea que te parezca potente». Sin duda, mucha gente hoy en día le daría la razón. Post de Naiara Salinas «Puede ser cruel, poética o ciega. Pero cuando se ignora, es violencia lo que se encuentra» Justiciero: dícese de aquel que «observa y hace observar estrictamente la justicia en el castigo de los delitos». La Real Academia Española no reconoce como tal a un tipo enmascarado con capa que monitoriza la ciudad con un equipo tecnológicamente más avanzado y efectivo que el de la policía para infiltrarse entre las mafias y repartir buenas leches, pero es lo que acostumbramos a imaginarnos cuando oímos ese vocablo. La justicia es el tema en torno al que siempre ha girado el Universo DC, que no por nada su súper equipo recibe ese nombre, pues es lo que espera tanto obtener como otorgar cada miembro. Sin embargo, escudriñando un poco esta relación entre nombre y concepto, ¿acaso entonces los Vengadores van en busca de venganza? Hum. La venganza es el enemigo, es la corrupción de la moral que defiende el superhéroe, esté su imagen idealizada o no. La venganza no tiene espacio en la luz, solo en la oscuridad. Claro que Gotham no es que sea una ciudad muy luminosa. Si la justicia es ciega (como Daredevil), la venganza es una cegadora. Entender esa idea, desarrollada en el Batman de Matt Reeves, es clave para entender cómo se gestiona toda la senda de esta producción, desde el guion hasta la edición. El punto de inflexión Desde la mítica trilogía de El caballero oscuro el Hombre Murciélago no ha vuelto a ser el mismo. Cada vez es más reflexivo, más oscuro y todo lo que le rodea se siente y se muestra menos como una caricatura y más como el reflejo (auténtico) de la cara menos abnegada y altruista del ser humano. No voy a comparar ambas versiones, porque para mí Matt Reeves continúa el viaje que inició Christopher Nolan (de hecho, hasta se podría considerar una especie de culmen, pero igual estoy hablando muy rápido): ya no bastará con darnos villanos locos a los que derrotar, sino que se pondrá a prueba cada una de las dimensiones del héroe hasta obligarle a luchar contra su propia oscuridad. He visto esto en Christian Bale, en Ben Affleck, ¡hasta en la versión infantil de David Mazouz!, y ahora, más que nunca, lo veo en Robert Pattinson. «Soy la venganza» The Batman nos muestra a una versión joven del superhéroe, oseasé, en proceso de construcción. Su presentación deja claro que no va a ser un Batman como los demás: en el momento en el que se identifica con las sombras, vemos a un chaval emo ávido de sed de sangre con mucha ira contenida que, más que impartir justicia, castiga a los criminales que han vuelto su ciudad gótica en el paraíso del pecado, una criatura nocturna que agoniza. Bruce Wayne no existe en esta versión, no para mí: el protagonista que retrata Robert Pattinson está bastante centralizado en una personalidad, un carácter, del que no se despega en todo el largometraje (de hecho, llama la atención que a nadie se le ocurra relacionar a Wayne con ese «justiciero». No sé, es más obvio que nunca que son la misma persona). Este es un Batman que quiere imponerse, que quiere que le teman, así que tiene tantas habilidades sociales como un pez león en lo profundo del océano. Esa ira no le viene de la nada; al fin y al cabo, ha crecido con ella desde el fatídico día en que lo que simbolizaba la luz en la ciudad del crimen, sus padres, fue asesinado. Desde entonces, carga contra esa crueldad, esa vorágine violenta, pero para hacerlo ha tenido que sumergirse en ella, aunque solo sea para demostrar a esos criminales hijos de parias que hay alguien mucho peor que ellos. Esa forma de arremeter contra el crimen es como una purga; por eso se llama a sí mismo Venganza (sí, en mayúscula, por qué no): no se limita a ajusticiar, sino que se está desquitando por todo lo que le arrebataron. Descifrando a Enigma Este Batman está tan encerrado en sí mismo que tiene mucho tiempo para pensar. Y como piensa, entra fácilmente en el juego del gran villano de la película, Enigma. Toda la trama se elabora como puro cine negro, un thriller detectivesco con un caché tremendo gracias a lo bien que conecta todo y el excelente Cluedo en el que todos los actores se sumergen. En este caso el misterio que hay que resolver no es solo dónde y quién se esconde tras Enigma, sino quiénes han manchado la ciudad con sus mentiras. Desde la serie Gotham, Enigma lleva siendo mi antagonista favorito de todo el universo de Batman, porque aporta inteligencia dentro del cóctel de demencia desenfrenada. En Gotham persiste el crimen organizado, pero él lo lleva a un nuevo nivel. Es un villano que observa y ve, que piensa mucho las cosas, que cuida hasta el más mínimo detalle y por eso al darle caza es tan escurridizo. Enigma sitúa sus crímenes en un laberinto con muchas trampas y recorrerlo mientras se desbloquea cada puerta es de lo más estimulante para el público, que va resolviendo los acertijos a la par que los héroes. Es el malo perfecto para desarrollar este género con tal eficacia y hasta morbo, pero hay más, ya que la mirada que le dan a este Enigma le da la vuelta nuevamente al concepto de justicia, tan vinculada a la venganza. No se contenta con jugar con la ley, sino que tiene un propósito: quitarle la máscara a toda Gotham, revelar la verdad, denunciar los verdaderos crímenes a los que el mundo hace oídos sordos. Se nota que es un tipo muy desengañado y quiere quitarle la venda a la señora ciega de la balanza. Batman trata de sanar la ciudad de todo el veneno que ha absorbido y que la ha corrompido. Enigma viene a decir: «No, mi ciela, Gotham siempre ha sido así. Aquí el sol no puede brillar y te lo voy a demostrar». Y lo cumple con cada jugada. Es un villano a la altura del Joker de Heath Ledger y de Joaquin Phoenix que pone todo el orden en jaque y desvirtúa a los rostros más ejemplares. Paul Dano se come la pantalla encarnando a un genio loco que sabe cómo ejecutar su venganza y agotar a sus enemigos, y no hablo solo por el caballero oscuro, porque consigue molestar a mucha más gente importante. De todas formas, el Batman de Pattinson, insisto, sigue siendo un joven que está aprendiendo. Su energía no es rival para la mente maestra de un villano que en lugar de sacar todo su potencial desde el principio, como harían otros, va conquistando la ciudad paso a paso, muy meticulosamente. Es un tío al que, honestamente, da mucha lástima ver derrotado, porque tal y como vende su plan y sus intenciones, deseas que tenga éxito, que desenmascare toda la corrupción. El gótico es un arte Matt Reeves también ha dirigido su película como si fuera un puzle donde cada pieza encaja a la perfección. Por suerte, está más cuerdo que Enigma. Todo por lo que ha pasado este filme hasta ser una realidad ha terminado beneficiándole, porque se ha cuidado cada detalle con muchísimo mimo: la música de Michael Giacchino que emula las notas de la marcha fúnebre de Chopin y la imperial de John Williams; la fotografía de Greig Fraser (actualmente en pos del Oscar por Dune) que tiñe Gotham de sombras y nos hace navegar entre el miedo y la frialdad de sus ciudadanos; el diseño del vestuario; el diseño súper gótico de la ciudad mezclado con su aire cyberpunk (la apuesta por el sentido distópico del escenario es un chef kiss). La dirección de arte es una pasada y se solapa muy bien a toda la filosofía y el fondo de la historia, que es lo importante. Añade y persiste en la idea todo el tiempo, con lo que demuestra que Enigma tiene razón: el sol no puede existir en ese páramo tal y como está. La simbología cromática está muy bien definida: el negro y el rojo dominan los tonos como en el más tétrico de los infiernos. Gotham es una bomba de relojería capaz de estallar en cualquier momento. Y, como decía, la venganza ciega hasta a la cámara; de ahí que tengamos planos totalmente oscuros. Conclusión
He querido escribir esto como introducción al mensaje del largometraje, que pretendo retomar con spoilers en el futuro. Por ahora, me queda felicitar a Reeves y a todo el equipo que se ha arriesgado para dar vida a esta versión que se desmarca mucho de las otras, aunque siga en la misma línea filosófica de algunas. Robert Pattinson lo borda, pero yo ante quien me postro y santifico es Paul Dano, en especial en el último acto (no lo veía majara desde Prisioneros y me ha encantado). Si tienes un Ravenclaw en tu interior vas a encontrar mucho atractivo en su modus operandi, que hará que las tres horas pasen muy desapercibidas (aunque sé que la mayoría de los que la han visto las han sentido un poco por culpa de elementos que se introducen pero no terminan de desarrollarse, se quedan a medias o van un poco atropellados como promesa de varias secuelas o spin offs). Tal vez aún tenga alguna que otra laguna, pero todo lo que presenta te hace la boca agua y desear ver más, en especial de personajes como Catwoman, el Pingüino, Alfred y Gordon, que también son piezas clave. Empecé a interesarme por Batman a raíz de la trilogía de Nolan y esta versión condensa muy bien lo mejor que tenía esta y lo mejor de la serie Gotham: el fondo, el cuestionamiento de la moral del héroe y los villanos. Es una evolución cada vez más compleja y por mi parte recibe un 9 más que merecido. Presentador 1: ¡Buenos mediodías, Twitter! Aquí Emilio Martín. Presentador 2: Y aquí Jaime Ordoñez. Presentador 1: Pues parece que estamos de vuelta un año más para informar sobre la actualidad de los Blogos. Presentador 2: Ya ves, no entiendo cómo diantres ha pasado, pero nos han reclamado de vuelta. Presentador 1: Tal vez es que no tenían a nadie más. ¿No te parece sospechoso haber recibido la llamada a eso de las 00 horas? Presentador 2: Menos mal que me pillaron viciado al Elden Ring o les hubiera mandado a la mierda por despertarme. Presentador 1: Jaime, esas cosas no se dicen en directo. Presentador 2: Tienes razón, mil perdones. Bueno, pues como decíamos, hoy se celebra una nueva edición de los Blogos de Oro para el cine independiente, y tenemos la ventaja de que como son en España nadie tiene que trasnochar, si acaso madrugar al otro lado del Atlántico, ya que son a las 17:00 en Twitter. Presentador 1: ¿Quién iba a pensar que una red social se convertiría en anfitriona de unos premios tan significativos, verdad? Presentador 2: Y más una como Twitter (yo es que soy más de YouTube). Pero, en fin, no vamos a meternos ahora con la que nos da de comer. Cuéntanos, Emilio, las novedades que trae esta edición. Presentador 1: Bueno, Jaime, la más evidente y que se renueva cada año es la lista de nominados: Presentador 2 (descorchando el champán): ¡Uuuuuuuu, arriba la Silvia, guapa! GUA-PA. ¡Y viva Annette! Presentador 1: Sabes que todavía no han ganado nada, ¿no? Presentador 2: Emilio, querido, en estas galas se suele decir por educación que estar nominado ya es todo un premio. Presentador 1: Ya, aunque objetivamente no sea verdad porque el premio es un objeto que te entregan y, si no tienes el premio, no has ganado. Presentador 2: ¿¿Pero cómo dices eso?? Los premios no son meramente físicos, son un reconocimiento al trabajo bien hecho, que por supuesto que no cabe en una simple estatuilla, que no tiene otro valor que el de ocupar sitio en la estantería y servir de soporte para los libros... Presentador 1: Ya... ¿Seguimos hablando de los Blogos? Presentador 2: Ejem, ejem, bueno, como sea, el jurado ha realizado una gran labor de visionado en el último mes. Más de una docena de películas y unos siete cortometrajes, a lo que me alcanza la memoria. Presentador 1: Nótese que en estos premios se ven las películas antes de nominarlas y votarlas, no como en otros. Presentador 2: ¿Sí? ¿Estás seguro? Bueno, como sea, posiblemente a los espectadores españoles les llame la atención la ausencia de Javier Bardem o Penélope Cruz entre los nominados, así que friendly reminder de que estos son los Blogos de Oro para el CINE INDEPENDIENTE, IN-DE-PEN-DIEN-TE, y esta parejita ya es todo un blockbuster aquí y al otro lado del charco. Presentador 1: Cierto, pero eso no quita que tengamos personalidades de renombre por aquí también. ¿Sabías que en el corto de Chaval aparece el chaval este de Élite, el Itzan Escamilla? Presentador 2: Bien, Emilio, bien, me encanta las referencias que tienes dentro de tu margen de «personalidades de renombre». Yo te voy a decir otra: ¿qué te parece la presencia de Paula Cons, directora, guionista y productora de cine, ganadora del Premio a la Mejor Película de los Premios de Cine español Independiente Blogos de Oro 2021, como presentadora inaugural de esta ceremonia? Presentador 1: Paula... ¿qué? ¿Y esa qué ha hecho? Presentador 2: Y así va el mundo. ¿Y qué me dices de los compañeros que entregarán galardones, como Moobys, Histerias de Cine, No es cine todo lo que reluce, Un hombre sin piedad...? Presentador 1: ... Presentador 2: ¿En serio, nada? Presentador 1: Si me enseñas una foto o algo... Presentador 2: A ti hay que dártelo todo mascadito como el buen chicle Boomer que ni la generación de Élite conoce ya, ¿no? Pues sea: Presentador 1: Muy fan de los logos de estos Blogos. Presentador 2: Bueno, en su caso blogueros de oro, pero sí. Ya sabéis, querido público, a conectarse hoy a Twitter dentro de... unas cuatro horas, guau. Sí que llegamos justos. Presentador 1: No olvidéis usar el hastag mencionado #BlogosDeOro para compartir todo lo referente a la ceremonia y que así llegue a más gente, como por ejemplo a los ganadores, porque sería una tragedia que no se enterasen de que han ganado. Presentador 2: No creo que llegue a tanto la cosa, Emilio. Presentador 1: Uno nunca sabe, Jaime, uno nunca sabe. Presentador 2: Ah, y si hay alguien alberga dudas sobre si asistir o no, un pequeño vídeo a modo despedida: Presentador 1: Yo soy Emilio Martín. Presentador 2: Y yo Jaime Ordoñez, y esto han sido nuestros segundos informativos de los Blogos de Oro. ¡Nos vemos con suerte el año que viene otra vez! *Vuelve a sonar la sintonía
Post de Tessa
Yo ya voy avisando en el título que es posible, más bien probable, que fangirlee un rato, pero es que disfruté tanto de la película que no voy a poder evitarlo. Y, sí, es spoiler de mi opinión. Pero antes de empezar con la crítica, veamos qué película es esta.
Como el 85% de las películas que veo, esta es una adaptación de un libro, que en España se llama Cariño, cuánto te odio y está escrito por Sally Thorne. Para aquellos que no sean lectores de romance o fans de Lucy Hale, probablemente se habrán quedado muy perdidos al leer The Hating Game y es que es una película bastante desconocida por dos razones: 1) Solo se ha estrenado en USA (aunque Amazon me deja verla desde UK pagando en dólares) y 2) Su estreno en cines fue corto y sin promo y ha pasado casi directamente a poder verse solo mediante alquiler de streaming. Se estrenó en diciembre del año pasado y tenía muchas ganas de verla, pero hasta ahora no he podido ponerme con ella. Igualmente, en Twitter vi a los fans del libro muy entusiasmados y el trailer pintaba muy bien, así que mis expectativas no hacían más que crecer.
¿Y de qué trata esta historia? Bexley & Gamin es una editorial que nació del resultado de la fusión de dos empresas para salvarse de la quiebra. Lucy Hutton (Lucy Hale —sí, Lucy hace de Lucy—) trabajaba en Gamin como asistente de la CEO y ahora tiene que trabajar con Joshua Templeman (Austin Stowell), el asistente del CEO de Bexley. Ellos se odian y no pueden soportarse en el trabajo y están siempre intentando incordiar al otro. Pero el juego va a subir de nivel, ya que se ha anunciado un nuevo puesto por el que competirán y uno de los dos será ascendido. Es un romance de oficina, es humor, es un rivals to lovers… ¡Tiene todos los ingredientes para gustarme!
Ahora pasemos a la maravilla de película que han hecho y mi muy subjetiva opinión sobre ella. El libro me gustó mucho, pero tampoco llegó a mi top de 2021; sin embargo, esta película es una delicia de adaptación casi calcada del libro que he podido disfrutar con cada cita exacta que decían, cada detalle en la decoración, la maravillosa personalidad de los dos protagonistas y todas las escenas que han salido directamente de como las imaginé en mi cabeza a la pantalla de mi ordenador.
La película comienza con una introducción a la trama narrada por la voz en off de la protagonista. Y obviamente clavan cada palabra del libro. Toda la historia se centra en Lucy y está contada por ella. Ella es una chica con la que empatizas y es un tanto adorable (no molesta que esté interpretada por Lucy Hale) así que pronto te apuntas a escuchar su historia, por muy cliché que sea. Y sí, tiene algunos tópicos, pero los disfrutas y es la típica película que te relaja para ver un viernes noche con palomitas y una mantita (o al menos eso hice yo).
El problema con las adaptaciones que se parecen demasiado a la historia original, es que cada mínimo cambio molesta más. Si la adaptación toma una idea general de la historia y la adapta que cambien alguna nimiedad es lo último que te fijas; pero si mantiene casi todo, la mínima tontería te frustra. A mi parecer algunas cosas que retiran de la protagonista, hace que esta pierda. Los padres de Lucy pierden un poco de papel, su ligue de la oficina cambia, la historia con su ex mejor amiga desaparece casi al completo (lo cual explicaba por qué ella era tan insegura a la hora de conocer gente) y la trama del paintball tiene unos pequeños cambios. Pero también me molesta que hayan cambiado el color de las camisas, así que no sé si decir que mi opinión es un poco exagerada y esté siendo una drama queen. ¡Pero es que los colores no eran así!
Pero volviendo a la película como tal y no cómo adaptación. Hablemos del reparto, especialmente de los dos protagonistas porque son quienes toman todo el control de la historia. Si te gustan las historias corales esta no va a ser una de ellas, está muy centrada en la pareja y, aunque salen otros personajes, no están desarrollados. Pero Lucy y Austin hacen un trabajo increíble metiéndose en los personajes, a los cuáles se parecen mucho, y su química es asombrosa.
A mi parecer, el mayor acierto de esta película no ha sido el atenerse tanto al libro, sino la química entre los dos actores protagonistas que te venden completamente su relación y ahora los shippeo en la vida real (si tienen pareja, no me importa). Una historia de romance con dos actores que saben actuar bien, pero ves que no terminan de cuajar no te va a llamar tanto. Tienen que venderte que están enamorados, que quieren arrancarse la ropa el uno al otro y compartir un plato de pasta con albóndigas (no necesariamente en ese orden) y estos lo hacen. Me metí completamente en su dinámica y solo quería que se liaran de una vez y fueran felices porque se veían perfectos el uno para el otro.
Toda la estética y la dirección me encantan. Las escenas en la oficina y como vemos a la vez que se divide en 2 totalmente distintas una mitad acogedora y cálida, de Lucy, y la otra fría y organizada, de Joshua. A su vez la escena en el ascensor (sí un lugar que adoran en el romance) es genial con la cámara aprovechando el espejo para enfocar el rostro de ambos mientras discuten.
Pero como hay que decir algo negativo, voy a quejarme de la nieve. 1) Creo que no nevaba en el libro y 2) El efecto de la nieve cayendo es horrible y eso no parece nada. Y no sé si fue aposta o no, pero hubo una referencia a Las chicas Gilmore en ese tema que me encantó. Y ya está, ya he dicho suficientes cosas malas. Hablemos de lo bien que queda toda la música escogida y cómo amamos la banda sonora de la película. ¡Fue un placer escucharla!
Por último quiero terminar animándoos a que, si os gustan los romances divertidos, veáis esta película (hayáis leído el libro o no). Es genial y cuando terminas tienes esa sensación maravillosa de creer en el amor que las buenas películas románticas saben transmitir. Una peli genial para que veáis un viernes que estéis cansados, un domingo por la tarde o, incluso, el día de San Valentín. Post de Naiara Salinas «La gente pagará una buena pasta solo para hacerles sentir mejor» Tras una semana sin pronunciarme vuelvo a la acción para hablaros de lo nuevo de uno de los reyes del género de terror, suspense y fantasía. Llega la hora de coger un buen asiento y disfrutar del espectáculo. El escenario no está oculto bajo ninguna carpa, sino en un callejón. El viaje puede no ser muy agradable (no, nosotros no pagaremos precisamente para «sentirnos mejor»), pero está lleno de descubrimiento. Historia de un deterioro moral El callejón de las almas perdidas es un remake de una adaptación de 1947 basada en la novela homónima de William Lindsay Gresham, publicada en 1946. Cuenta la historia de un hombre, Stan Carlisle (en la versión actual interpretado por Bradley Cooper), que, huyendo de su pasado, se une a una feria donde aprende el arte del mentalismo. Lo que en principio se percibe como un oficio para ganarse genuinamente el pan pronto adquiere un tinte oscuro cuando la ambición salta a primera línea y el engaño suena cada vez más verosímil en los oídos de los más desesperados. Stan, así, inicia un recorrido que lo hace descender al mismísimo infierno..., no en sentido literal (por suerte). Uno de los aspectos que más seducen de este argumento es precisamente ese enfoque tan realista de determinados trucos en tiempos bastante desesperados, hundidos por una guerra de cuya corrosión sobre el alma humana se hace eco un guion que no tiene por qué mostrar amabilidad cuando se trata de los efectos, esas secuelas que, al igual que el personaje de Willem Dafoe, nos hace cuestionarnos dónde acaba el hombre y empieza la bestia. Guillermo del Toro suele ser bastante impecable cuando se trata de acoplar lo fantástico a la realidad, darle la vuelta y mostrar la cara humana y más auténtica del cuento. En este caso, no obstante, muestra más bien la cara inhumana. No necesita inventarse apenas nada y no lo digo solo porque se trate de un guion adaptado, ya que la idea de la novela surgió a raíz de un suceso real del que el autor fue testigo y que en el filme se describe perfectamente, reflejando el lado perverso del hombre para con los desamparados, los damnificados por la guerra en su (ya no) sano juicio. Como casi todo largometraje, cuenta con los tradicionales tres actos, pero en mi visión solo caben dos partes, cada una protagonizada por un escenario donde la bestialidad se representa con un cariz más literal (la feria) y otro más sutil (el psiquiátrico). Son dos partes no solo por el cambio de situación, sino también de personajes y género: la feria se nos vende como ese lugar donde te adentras en otro mundo, donde los monstruos son reales, algo que puedes ver y tocar, y es el área que se nota que Del Toro domina más por todo lo que se recrea en él; en cambio, en el psiquiátrico (u hoteles), los peores monstruos son los que rondan la mente y la construcción del relato, tanto en cuanto a la historia como al ambiente, suena más a cine negro. Pero en ambos persiste la idea del engendro: ese ser perdido que se convierte en una deformación de sí mismo bajo el látigo del que se lucra por su sufrimiento. En la feria la perversidad es más evidente, pero cuando Carlisle emplea sus habilidades para ganar dinero a costa del bienestar de sus clientes, también está traspasando un límite. ¿Quién es el engendro entonces..., el caído o el que lo empuja? El callejón de un guion que casi se pierde El contexto histórico tiene un peso aquí más importante que en otras películas de Guillermo, a causa del retrato de una sociedad afectada por la guerra, tanto en el lado más activo (los que lucharon) como en el pasivo (los que perdieron a los que lucharon). Se trata de un periodo que intenta ahogar las penas donde y como puede, que se arrastra en busca de una mano solidaria sin importar de dónde viene. La idea del filme pasa por retorcer el comportamiento humano de forma que los luchadores traumatizados y desamparados acaban abrazando la brutalidad y el asesinato a sangre fría, mientras que los «inmóviles» pretenden subsanar la carencia de palabras y de amor del pasado (es decir, corregir sus errores) con una segunda oportunidad en el Más Allá. Esa visión nunca desaparece del filme; sin embargo, por cómo está construida la historia puede no ser tan evidente, ya que la apuesta por la sutileza del planteamiento a partir de la segunda parte provoca que este se difumine al servicio de una trama más larga de crímenes que aparentemente desconectan de ese arranque tan interesante y prometedor. Dicho de otra forma, ¿por qué molestarse en darle tanta importancia al engendro si al final nos quedamos con el mentalismo? ¿Dónde están esas almas perdidas, no eran el núcleo de la trama? Hasta deja cuestionándote el porqué del título... hasta que en el último acto (en concreto, la última secuencia), se vuelve a conectar con el punto inicial y todo adquiere de golpe mucho sentido. ¿No dicen que a veces hay que perderse para reencontrarse? Pues esto es igual, y le ocurre tanto al guion como al personaje de Bradley Cooper. El tema, no obstante, no es lo único afectado por la perspectiva sutil que de pronto adquiere ese guion. Cuando algo es sutil significa que es poco perceptible, muy fino, y de ello pecan casi todos los personajes, primarios y secundarios, a los que rodea un misterio que el relato se resiste a abandonar, revelando ciertos detalles de cada uno a veces un poco a regañadientes. Resulta difícil apegarse a algunos nombres, más que por el hecho de si caen bien o no. La gente de la feria, por ejemplo, constituyen en general la tipología de personaje que juega en un plano surreal (el halo fantástico) y lo más irónico es que se revelan sus trucos (lo que suele permanecer en secreto), mas no su historia, con tan solo un par de excepciones. Y en la segunda parte, donde salen a la luz más detalles, el foco continúan siendo las acciones, la codicia de Carlisle, puesto que la historia se desarrolla para generar aversión hacia ciertas actitudes. Conclusión
El callejón de las almas perdidas expone un mundo sórdido, una trama de vicios que nos aleja del Del Toro tierno y romántico de El libro de la vida y La forma del agua y retoma la crudeza de los tiempos de guerra y cómo afecta esta a las personas, al igual que en El laberinto del fauno. Es una película que a pesar de su desarrollo irregular consigue remontar y hacerse justicia a sí misma gracias a su conclusión. No diría que es mi favorita del director, pero la forma en que muestra lo grotesco y sobre todo el tema que trata me hacen valorarla mucho, porque al final lo que refleja es el precio de perderse a uno mismo en busca del bienestar (que no la felicidad). Lo mejor: que el misterio y el horror se dividan entre lo falso fantástico y el cine negro, cómo va la involución de Stan Carlisle, toda la parte de la feria (en especial ese cuadernito con los secretos del mentalismo), la recreación súper mega ultra bien lograda de la época, más el paisaje (físico) que perfila el director (que nos deja una fotografía tétrica y noir con planazos como el de la habitación en llamas, por ejemplo) y el final, que para mí era clave para descubrir la moraleja y es lo que me ha acabado haciendo saltar a favor del largometraje. Lo peor: la segunda parte es más sosa que la primera y justo es la que más se estira, lo que me hace ver muy descompensada la otra. El psiquiátrico tiene cero atractivo en comparación con la feria. No me hubiese importado que la historia se centrase más en los engendros (ya, en teoría he dicho que así es, pero me refiero al engendro tal y como se describe en la trama, no como señala la moraleja) y, para acabar, el desarrollo de la gran mayoría de personajes resulta muy básico y superficial, aunque entiendo que no son el interés. Luego, como extra (esto no es negativo para mí, que conste, solo que puede decepcionar a quien vaya con una idea diferente a verla): aunque el título en inglés se traduzca literalmente como el «callejón de las pesadillas», no va en plan terrorífico a provocarte el susto. De hecho, lo que tiene son momentos incómodos que lo mismo harán que dejes las palomitas intactas (yo no lo hice porque fui a la hora de cenar y el hambre me insensibilizó completamente). Puntuación: oscilando en el 7,5 y el 8 (este es el mes de no decidirse, cachis). |
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Jack: La sorpresa es infinita. Siento lástima por nosotros y por el extraño papel que desempeñamos en nuestras catástrofes, pero, a partir de un persistente sentido de ruina a gran escala, seguimos inventando la esperanza y aquí es donde esperamos: juntos. Acceso a Calendario CinéfiloArchivos
Agosto 2023
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